miércoles, 27 de febrero de 2013

Putitoo/aa


Ser putitoo NO es una denotación hacia los homosexuales, sino una afirmación hacia el famoso amigo cagon, miedoso, suave, liviano, tibio y falto de decisión en la vida, con cierto atisbo de cagador (garca). Todos tenemos un amigo/a putitoo/aa.
El putito es ese amigo de años que se pone de novio con tu hermana menor y no viene a decírtelo él. En el mejor de los casos te lo cuenta tu hermana menor o te sorprenden con la noticia en una cena familiar. Justo en un lugar con publico donde tenes que comportarte socialmente para no reacciones mal y matarlo a trompadas.
Es esa mujer que acompaña a su amiga a ver vidrieras y cuando ella se prueba un vestido le comenta lo mal que le queda. Pero al otro día va a comprárselo para estrenarlo en una fiesta donde va junto a su amiga. O la que sale con el ex de su amiga después que cortaron porque siempre le tuvo ganas.
El putitoo duda todo el tiempo y cuando un amigo esta en un problema es el primero en correr, no a ayudarlo sino escapando para no quedar pegado. Organiza salidas a las que no va y deja colgados a todos los que invita. El putitoo da un paso atrás y te deja en orsai cuando hay que bancar la parada. Es un tipo que cuando come alfajor le saca todo el envoltorio y lo agarra con tres dedos para después chupárselos.
El putitoo/aa no llega a ser el famoso garca porque sinceramente le falta un golpe de horno y mas calle. Sus acciones son algo insulsas, insípidas como ellos mismos y muchas veces no se dan cuanta de la magnitud de sus actos. Mientras que el garca siempre conoce la magnitud de sus actos y posibles consecuencias.
Cuando el putitoo toma noción de sus actos, se desespera, se pone impaciente porque tiene que arreglarlos, no quiere quedar como un cagador. El putitoo/aa honra esa vieja frase “el camino al infierno esta pavimentado de buenas intenciones” entonces se sube a una moto conceptual de actos fallidos e intenta remediar el mismo quilombo que armo y esta claro que es algo torpe por lo cual lo empeora. Literalmente hecha nafta al fuego.
Remitiendo a los ejemplos anteriores para explicar el párrafo anterior, tu amigo de toda la vida se pone de novio con tu hermana menor, encaras una charla como la siguiente:
-          Siempre fuimos amigos y te metes con mi hermana…
-          Se dio, discúlpame (el putitoo tiende a disculparse mucho)
-          Mi hermanita… la viste crecer…
-          Me la cogi, pero me cuide. Si queres la dejo (suelta el putitoo como para congraciarse con vos) todo por seguir siendo amigos.
Ese es el problema del putitoo su falta de tacto cuando quiere zafar de ser un cagador, es como un mono con una AK-47. Pero el putitoo tiende a darnos lastima y solemos perdonarlo por sus faltas. Porque vengarse de un putitoo es como patear un sapo o limpiar el inodoro con el sepillo de dientes de tu hermano molesto. La única forma de vengarse de un putitoo es usarlos para lo que sirven, como chivos expiatorios de nuestras cagadas, como perejiles que entregamos a una turba iracunda para deslindarnos de la culpa con una sonrisa.
Cuando el sofá de tu casa tiene una mancha rara y tus padres preguntan sabes insinuar quienes anduvieron por ahí, a quien pedirle un favor comprometedor y de quien mofarte cuando es el momento de buscar al tonto de la mesa.

No hay que ser mala gente, todos tenemos que tener un amigo putitoo que nos complique la vida de vez en cuando. Porque la vida es de todo menos aburrida, el putitoo nos saca de la rutina y es fácil pegarle. En cambio los garcas nos amargan la vida.
Así que aboguemos por un mundo donde cada persona tenga un amgo/a putitoo/aa y empecemos la campaña.

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