jueves, 17 de enero de 2013

Tener la razón, es una mierda





La simple verdad de tener la razón, es sin duda una mierda. ¿Por qué? Es la pregunta que la gente que nunca tiene razón nos hace siempre con curiosidad. En esos momentos que tenemos de lucidez extrema, muy brutal y tan cruenta donde como un adivino o una pitonisa  podemos ver el futuro de un hecho, situación, asunto, persona o personas, y tiende a ser una mierda a largo plazo.
Porque nuestra lógica e instinto de supervivencia nos indica que vemos, notamos o intuimos lo que podría pasar en el escenario de la vida. Una variable tremenda que termina en una de una gran explosión de mierda metafórica por suerte. Ese momento de lucidez solidaria hace que queramos advertir al implicado en el asunto, porque sabemos que si fuéramos nosotros nos gustaría que nos adviertan para salvarnos del desastre o evitarnos un mal mayor. Así como ángeles guardianes de alguna persona poco avispada hablamos con ellos para intentar advertirle (siempre que seas bueno quedas como un boludo, es regla absoluta cuando tratas con giles).
Nos metemos porque queremos salvar a nuestro amigo/a y terminamos hablando frente a un individuo que nos mira como si estuviéramos locos, algunos hasta se ofenden y somos acusados de ser “seres negativos” o “envidiosos”. No me considero un ser negativo, más bien realista y envidiar la tragedia ajena me parece absurdo. Nadie en su sano juicio quiere ser parte de una tragedia. Ofendidos nos mandan mentalmente a algún lugar recóndito como el carajo o a la mierda.
Pero ellos no entienden que tener la razón es ya estar en mierda de por si, porque nadie te cree cuando lo decís y hay que esperar para estar en lo cierto. La espera es como una de esas obras de Harold Pinter que tienen los tiempos invertidos, así que lo primero que vemos es el final porque interpretamos el futuro, tenemos la razón, es una mierda sábelo y siempre va a ser así. Ahora tenemos que ver todo el desarrollo de la obra, tedioso y lento como el sonido del reloj de una bomba que no vemos, para finalmente como resultado final una explosión de mierda y tener la puta razón.
Es como cuando sabes que hay un acto terrorista, va a explotar una bomba, vas a advertir a las autoridades y terminas en un interrogatorio interminable. La bomba explota, la gente muere y un agente te dice “usted estaba en lo cierto disculpe lo juzgamos mal”. Pero en el caso de tener la razón, cuando todo explota es cuando tu teléfono suena con alguien del otro lado llorando, gritando, hablando mientras llora o queriendo hablar con voz de ultratumba. Parte de la mierda de tener la razón es que como quisiste prevenir lo que paso, tu conciencia no te deja abandonar a la persona (el incrédulo o también llamado el boludo) aunque lo merece por no escucharte cuando tenias razón.
Pero existen tres palabras que liberan tu alma y limpian un poco esa mierda de tener la razón. Que no tienen nada de piadoso para la victima, pero si para nosotros lo que estábamos en lo cierto. Simplemente un “te lo dije” dicho en el momento exacto, que es cuando el otro dice “no lo vi venir”, es como una piña directa a su idiotez. Entonces como un niño empieza a repetir la frase “tenias razón”, eso insita a violentarse y te hace sentir una mierda.
Después de eso hay dos tipos de personas que tiene la razón, las primeras consuelan a su amigo/a y las segundas los patean en el suelo con frases cortas como:
“te lo advertí”, “vos no querías ver la realidad”, “era obvio” o “deberías ser más realista”, entre otras.
Por eso siempre, tener la razón es una mierda. Te convierte en una persona que para sentirse mejor se transforma en los segundos, a mi me pasa, castigar al golpeado y ser crudo al extremo. Metafóricamente patearlo en el suelo hasta que deje de ser divertido, odio esperar para tener la razón y eso también es una mierda.

Dedicado a Cesar y Jeremías que saben que tener la razón es una mierda